Las personas de raza negra en Estados Unidos continúan presentando las tasas más altas de diagnóstico y muerte por cáncer de próstata. Aunque la prueba del antígeno prostático específico o PSA, un diagnóstico validado que se utiliza para detectar el cáncer de próstata, ha ayudado a reducir a la mitad las muertes por esta enfermedad en su totalidad desde la década de 1980, ese mismo beneficio no ha llegado a todas las personas por igual. Para muchas personas de raza negra, las barreras para hacerse las pruebas y la falta de confianza en el sistema de salud aún se interponen en el camino de la detección temprana.
Un estudio reciente publicado en la revista médica JAMA Network Open y dirigido por un equipo de investigación del Centro Oncológico Fred Hutchinson y de la Universidad de Washington escucha atentamente las voces de las personas de raza negra y del personal médico que las atiende. Lo que el equipo de investigación encontró revela no solo una brecha en el conocimiento médico, sino también en la comunicación, confianza y conexión.
Entre 2021 y 2023, el Dr. Yaw A. Nyame y Jenney R. Lee, junto con su equipo, hablaron con 29 personas negras de todo el Noroeste del Pacífico e hicieron una encuesta a 63 médicos, entre ellos médicos de cabecera y personal de urología. A través de estas conversaciones, surgió una historia compleja que está moldeada por información faltante, orientación médica desigual y sentimientos profundos de invisibilidad o desatención en la asistencia médica.
“Quería hacerme una prueba de PSA”, mencionó un participante. “Cuando le pedí al médico que me ordenara la prueba, dijo que no era necesaria. Él no quería someterme a ningún procedimiento innecesario... Y luego, hacia noviembre, tuve un poco de incontinencia durante unas 2 semanas... Y una vez que me hice la prueba [de PSA], fue cuando descubrieron que mis valores de [PSA] estaban muy altos... fue entonces cuando descubrimos que estaba en estadio IV”.
Otro hombre manifestó que el cáncer de próstata casi nunca se menciona en las charlas sobre salud: “Hablamos más del colesterol, los ataques al corazón, los derrames cerebrales, la presión arterial alta... sobre todo para las personas afroamericanas. Pero cuando dices cáncer de próstata para los hombres, no está en primera fila como estas otras causas de muerte en las minorías”.
Una y otra vez, quienes participaron identificaron una sensación de exclusión de la conversación sobre su propia salud. Algunas personas dijeron que tuvieron que insistir para hacerse la prueba. Otras afirmaron que no sabían que corrían más riesgo hasta que ya era demasiado tarde. “Esta es información que nunca se ha difundido”, dijo un hombre. “Tuve una gran conmoción cuando me dijeron que tenía cáncer”.
En cuanto al personal médico, el estudio encontró amplias diferencias en la forma en que los médicos opinan sobre la prueba de PSA. Casi todos los médicos de cabecera dijeron que seguían las recomendaciones del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los EE. UU. (USPSTF, por sus siglas en inglés), las cuales no proporcionan recomendaciones específicas para grupos de alto riesgo, como los hombres negros. En contraste, la mayoría del personal de urología se basó en las recomendaciones de la American Urological Association (AUA) [Asociación Urológica Americana] o de la Sociedad Americana Contra el Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés). Ambas recomiendan pruebas de detección temprana o más personalizadas para personas con mayor riesgo. Esa diferencia importa. Mientras que tres cuartas partes del personal de urología creían que la prueba de PSA ayuda a prevenir las muertes por cáncer de próstata, solo el 6.5 % de los médicos de cabecera dijeron lo mismo. Por tanto, esas creencias afectan a quién se le ofrece la prueba.