A medida que aumentan las tasas de supervivencia del cáncer, también aumenta la necesidad de cuidados eficaces a largo plazo. Más de 18 millones de estadounidenses sobreviven después de haber recibido un diagnóstico de cáncer, una cifra que se espera alcance los 26 millones para el año 2040. Sin embargo, para muchas personas sobrevivientes, la travesía no termina cuando finaliza el tratamiento. Los riesgos continuos, tales como las cardiopatías, las complicaciones metabólicas y los cánceres secundarios exigen una atención coordinada que conecte la oncología y la atención primaria.
A pesar de su papel central en el seguimiento a largo plazo, muchos médicos de cabecera (PCP, por sus siglas en inglés) dicen sentirse con poca preparación para tratar la supervivencia del cáncer. Las encuestas sugieren que los PCP a menudo sienten “algo de incomodidad” con esta obligación, mencionan una familiaridad limitada con las recomendaciones de supervivencia y también incertidumbre sobre qué pruebas o recomendaciones sobre el modo de vida deben dar prioridad. El personal oncológico, a su vez, puede no tener claro cuándo y cómo volver a involucrar a los PCP, lo que provoca una mayor fragmentación de la atención.
Para hacer frente a estos desafíos, las pautas nacionales han hecho hincapié en el uso de resúmenes de tratamiento y planes de atención para la etapa de supervivencia (TS y SCP, por sus siglas en inglés), que son documentos que describen los antecedentes de cáncer de cada persona sobreviviente, los tratamientos recibidos, los posibles efectos a largo plazo y las recomendaciones de seguimiento. Estos planes están diseñados para mejorar la comunicación entre el personal oncológico, los médicos de cabecera y sus pacientes. Sin embargo, su implementación ha sido lenta. Muchos programas oncológicos carecen del tiempo, del personal o del apoyo informático necesarios para crear y compartir de manera sistemática estos planes, y las investigaciones sugieren que tan solo proporcionar un resumen de tratamiento (TS) o un plan de atención para la etapa de supervivencia (SCP) impreso, sin personalizarlo ni hacer ningún seguimiento posterior conlleva a una poca influencia en el cumplimiento terapéutico o en la evolución clínica del paciente.
En un estudio reciente publicado en la revista Journal of Cancer Survivorship, un equipo de investigación de Fred Hutch y la Universidad de Washington intentó comprender las necesidades y perspectivas propiamente de los médico de cabecera: ¿qué barreras se encuentran a la hora de atender a personas sobrevivientes de cáncer?, ¿cómo utilizan actualmente los resúmenes de tratamiento o los planes de atención para la etapa de supervivencia? y, ¿qué herramientas —especialmente dentro de la historia clínica electrónica— podrían hacer más armoniosa la transición de la oncología a la atención primaria?